​Para la educación

a través de programas educativos en huertos escolares, se potencia el aprendizaje práctico de los contenidos curriculares, al tiempo que se fomenta una alimentación sana desde la infancia.



Para la salud

el estar en contacto con la Naturaleza tiene numerosos beneficios para las personas, los cuales se incrementan si se realizan actividades específicas para mejorar o mantener el estado de salud y las diferentes habilidades en huertos o jardines terapéuticos.

Para la inclusión sociolaboral
la formación adaptada constituye una ayuda al empleo dentro de los sectores de la jardinería y la horticultura para personas con diferentes capacidades y para aquellas en riesgo de exclusión social.